San Raymundo de Peñafort


Nació por el año 1175, en Villafranca de Panadés en el Castillo Cataluña, España. Pronto demuestra tener una extraordinaria inteligencia y a los 20 años ya es profesor de filosofía en Barcelona; a los 30 años, fue a la prestigiosa Universidad de Bolonia, Italia para perfeccionarse en derecho Civil y Canónico. Allí se doctoró y fue profesor.

Desempeño diversos cargos importantes, hasta que a los 40 años decide ingresar a los Dominicos. Sus superiores le encargaron investigar cómo responder a preguntas difíciles de moral que los fieles presentan. El llamó a estas preguntas casos de la conciencia. El resultado de su trabajo fue su famoso libro, “Suma de casibus paenitentialibus”, primera obra de su género, que sirve para la administración genuina y provechosa del sacramento de la penitencia.

San Raymundo colaboró con San Pedro Nolasco en la redacción de las Reglas de la Orden de Santa María de la Merced que se dedicaba principalmente a rescatar a los secuestrados o cautivos por los moros o mahometanos.

Nuestro querido San Raymundo mostró un gran interés pro promover una verdadera evangelización, trabajando incesantemente en la predicación, la instrucción y la confesión. Insigne orador dotado con la eficacia de la palabra, recorrió las provincias españolas de Aragón, Castilla y Cataluña. Esclarecía la doctrina ante las herejías y buscaba la conversión de todos, tanto cristianos pecadores como paganos y no convertidos. Consiguió que se enseñara árabe y hebreo en varios conventos de su orden, fundó conventos en Túnez y en Murcia, sur de España, que en aquella época estaba dominada por los moros todo con el fin de organizar misiones y evangelizar judíos y musulmanes.

El Papa Gregorio IX llamó a San Raymundo a Roma en 1230 y lo nombró su confesor. También le encomendó reunir el cuerpo canónico de los decretos de los Pontífices y Concilios que no se encontraran ya en la colección que Graciano había hecho en 1150.

Para recuperarse de una enfermedad contraída siendo obispo de Tarragona, San Raymundo volvió a Barcelona, su tierra natal. Allí fue recibido con gran gozo y se dedicó a la contemplación, la predicación y la confesión. Tanto la Santa sede como el rey confiaron en San Raymundo importantes trabajos que con mucho amor, prudencia y dedicación desempeñó.

En 1238 llegaron a Barcelona los diputados del capítulo de la orden dominica, que había tenido lugar en Bolonia, para anunciar a Raymundo que había sido elegido superior general, como sucesor de Jordano de Sajonia. Visitó a pie todas las casas de la orden sin disminuir en nada sus austeridades y prácticas. Inculcó a sus hijos el amor de la vida entregada en regularidad, del estudio, y de los misterios espirituales. Hizo una síntesis de las constituciones de su orden, anotando los pasajes dudosos. Tres capítulos generales aprobaron el nuevo código. Invitó a Santo Tomás de Aquino a escribir la Summa contra Gentes. San Raymundo murió en Barcelona el 6 de enero de 1275, a los 100 años de edad.

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